Palabras, palabras...

Palabras, palabras...
Dibujo; César González Páez.

lunes, 27 de junio de 2011

El imán de un sueño




De todas las ironías que conozco


tú eres la más perfecta,


la que tengo al alcance de la mano


Eres, por así decirlo


la justa medida de mis delirios.


y no me has pedido nada a cambio:


me tienes donde querías.






Soy el blanco perfecto


de tu sagrada puntería,


me avengo a tus repuestas


sin saber de qué se trata:


tus convicciones son las mías.






Porque sencillamente te amo


y no tengo cómo distraerme


de semejante afirmación:


he empeñado la palabra


que ya no uso en los poemas.






Que la lectura de mi vida


sean para tus indiferentes ojos,


que mi amanecer luminoso


sea para activar tu alegría:


poderosa pero fría dueña


de un tesoro que ignoras.






Sé que éste no es el primer caso


que hay otros expedientes


escritos en trémulos versos


o en enérgicos reclamos:


sólo nos ve quien nos ama.






No has reparado en la boca


que dice estos juramentos,


cerrada está la aurora del beso.






¿Serías tan amable de oír


o de recorrer con tus ojos


estas líneas del desesperado?


Fue que te soñé una noche


y sé que no es mentira:


donde exista la duda


rondará el acierto.






El sueño tiene raíces


que crecen hacia la realidad.

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