Palabras, palabras...

Palabras, palabras...
Dibujo; César González Páez.

miércoles, 5 de marzo de 2014

Dos intervenciones; Al Borde


No hago más
que rezar

Rezo sin saber rezar y sin pedir audiencia para que los dioses me asistan, rezo porque me hace bien, me pone mejor y sueño con ser mejor ser humano. Rezo para no olvidarme de los demás, de los que no tienen carta de recomendación y hacen lo que pueden. No es nada más que una declaración de buenas intenciones: que el enemigo no esté siempre apuntando a mi cabeza, que a muchos les vaya bien porque su bienestar es un incentivo para el alma de la humanidad.
Rezo por lo que soy y quiero ser, por tus ojos. para que vean lo que no quieren ver, para que borres cualquier resto de furia en tu corazón. Pues la paz espiritual puede anidar en tus ramas. Para que sepas que el odio no sirve de nada y que es material desechable en cualquier personalidad. Rezo para que los políticos tengan ataques de honradez, para que las bellas mujeres olviden su culto a la vanidad.

A mis plegarias se las dejo al viento, pues no hay semilla que no encuentre en tierra fértil su oportunidad de germinar, se las dejo a los consumidores de esperanzas para su provecho. Rezo para que compartan mi oración, que los que creen que tomaron el último tren sepan que la vida es un abanico de posibilidades. Rezo para tus ojos dulces descubran el amor que alimenta, tu paciencia que ilumina la impaciencia.

Rezo para que me encuentres, entre la hierba, la mirada inocente de la infancia, que todo sirve para volver a construir tu castillo de ilusión. Rezo para liberarme del consumismo y tener el amor necesario en tus abrazos. Por esas cosas rezo, sin saber rezar, sin dirigirme a nadie en particular y al corazón de todos en general.

Rezar es desmigar codicias y es como quien afina un lápiz para hacer el dibujo más bonito que pueda retratar el mundo que quiero. Rezo por vos, para que te vaya bien y por mí, para que no te dejes querer y aprender a ser mejor persona amando.

Este rezo que te escribo es mi carta de presentación, pues quiero que sepas la calidad de mi corazón que se emociona con la música, que sabe que en la mirada de inocencia de los niños está toda la sabiduría del mundo, que la poesía no es un señal de debilidad. Rezando me voy al cielo y vuelvo a bajar, me libero de las cadenas materiales y que hace que cada día te quiera mejor Que mi alma entienda la diferencia de mis semejantes, que tiene derecho a ser distintos y que si todas las aves cantaran en un mismo tono el mundo perdería su paleta de tonalidades diferentes.

Rezo para que me escuche quien tenga ganas de escuchar y hacer que las palabras tengan peso y sentido. Rezando no para los dioses, en el Dios de cada uno. que supuestamente tienen todo lo que se puedan imaginar, pero también rezo por ellos para que no los agobie la eternidad. En resumen esto es una carta de buenas intenciones y no tiene doble fondo ¿Qué más se podría pedir? En suma, esto va para quien corresponda y se anime a rezar conmigo.

César González Páez

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