RASTROS
Éstas son las huellas
que ayer dejé sobre la arena.
Un distraído mar
no las ha llevado todavía.
Me sorprende verlas
intactas en la bruma,
sin que se anime
la inquieta lengua de la ola
a borrarlas de la playa
para siempre.
Ni siquiera el viento
alisó de olvido su textura.
Siento como si las horas
hubiesen perdonado el rastro
y pudiera desandar esos pasos.
Acaso sentir un pasado intacto,
virgen de toda insensatez
en el que nunca naufragué.
RESUEÑO
¿Por qué este día es distinto,
si desperté en la mismo sitio,
anclado en la misma rutina?
Debe ser porque la sorda
campana del sueño
repicó su tañido de futuro.
¿Y qué es sino esta sensación
más que polvo
de deseo en suspensión?
Su única ambición
(Ahora lo comprendo)
es sedimentar en la realidad.
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