Palabras, palabras...

Palabras, palabras...
Dibujo; César González Páez.

viernes, 18 de julio de 2014

Pensares


Quizás, quizás, quizás…



Muchas personas se enojan o les cae mal, cuando hacen algo que deseaban desde hace años y cuando lo concretan, se encuentran con que los demás les critican. Eá, pero miralo a ése, está tocando el arpa ¿de dónde salió músico? No cabe más que responder con otra pregunta ¿Para cuándo la vida?

Por qué será que mucha gente posterga sus verdaderos sentimientos artísticos, sus ansias de un proyecto largamente postergado junto con sus sueños. Porque sencillamente “no es el momento”, es la excusa que siempre nos posterga tal vez ser más plenos. Y así pasan los días como dice el bolero que se empantanan en el melódico quizás, quizás, quizás…

Hay muchas vidas que no se muestran en su verdadero potencial y esos proyectos, aunque les salga mal al principio, se deben hacer para sentir que sus vidas tengan sentido. Por temor a ser un principiante en una aventura, en un emprendimiento nuevo, siempre dejamos pasar la oportunidad.

Es cierto, que mal suena el violín cuando uno lo toca por primera vez, parece que no va salir un sonido decente en años. Pero a medida que uno conoce el instrumento, cualquiera que sea, termina comprendiendo que hizo bien, nada se presenta en envase fácil. Poco a poco las cuerdas conocen el latido de las manos que las tocan y el alma termina por armonizar con el sonido. Del mismo modo la guitarra, el piano y otros instrumentos.

Lo que estoy diciendo o tratando de decir es que nunca es tarde para nada, para asumir proyectos que parezcan locos o a destiempo. Son sueños que se deben concretar, que se deben emprender y vencer ese palo en la rueda de las postergaciones.

Así resulta que todos tenemos algo para contar y podemos escribir nuestra novela, todos tenemos un dibujo mil veces pensado y nunca llevado al papel o al bastidor. Hablo de todo lo que se pospone, la semilla sin siembra no prospera y todo lo que soñamos es posible convertirlo en realidad. Ese verso que envidiamos de Antonio Machado o de Pablo Neruda, lo podemos escribir porque nuestra partitura del alma no se parece a las otras y nuestro estilo será único porque hemos dado lo poco o mucho que teníamos con sinceridad y nobleza. Podemos cantar, ser grandes pensadores como fueron los clásicos latinos o griegos, porque estamos hechos de la misma arcilla que ellos y lo que dejamos en esta tierra es para que otros cosechen también.

Pues hay cosas que se comienzan con pioneros que no tenían idea en qué u a dónde iban a terminar sus sueños, Julio Verne imagino un submarino al que llamó Nautilus, y que podía navegar por debajo del mar por meses y meses. La ciencia le puso ese nombre al primer submarino atómico que viaja sin necesidad de salir a flote, Verne simplemente lo pensó, lo imagino y escribió la loca idea, como escribió la colosal idea de un viaje a la Luna. Bueno, todos esos sueños imposibles se comenzaron con el tiempo a convertir en realidad.

Por tal motivo quiero contar que la finalidad de este artículo es animar a la gente a que saque a andar sus sueños. Echar un poco de leña a la caldera de las ideas, del ánimo, para que maduren y se materialicen los proyectos que soñamos.

De la naturaleza que fuera la esperanza, hay música, hay ideas, hay proyectos de toda índole y hay sueños que parecen imposibles pero hay que materializarlos y en eso de comenzar se trata.

Por eso no dejen sus sueños para más adelante, ese después es lo más traicionero que hay. Porque se empantana en excusas, en “no puedo”, en “nunca lo lograré” y muchas vidas se van si decirse a sí mismas como son en realidad. Hay que entender que las artes y la cultura toda de la humanidad nació de una intuición. Asuman su protagonismo en el mundo. Por tal motivo, no se queden en el quizás, quizás, quizás…

C.G.P: